jueves, 4 de diciembre de 2014

53- Críticas recibidas

Se me critica decir que nuestra personalidad o forma de ser debe ser congruente con el negocio que implementamos, pues escapa de lo profesional. Yo insisto.

Un negocio propio debe tener muchísima sinergia con su propietario. Cuando menos, ese primero que anhelamos emprender. Y sí, cuando los excedentes en el flujo de efectivo de ese primer negocio, nuestro consentido, requieran ser invertidos en nuevas empresas, puede hacerse en otras menos congruentes, pero siempre en procura que se encuentren relacionadas. Esto con el propósito de alcanzar algún tipo de integración, hacia adelante o hacia atrás, o lateral, como también puede serlo, para que redunde en beneficio de la primera empresa.

Así, un emprendimiento que inició con restaurante de hamburguesas puede integrarse hacia una panadería, desde la cual obtengamos nuestro propio pan para dichas hamburguesas. O en el caso de un café, hacia alguna molienda de granos, para surtirnos.

Obviamente, no seremos los únicos clientes, pues el propósito es la expansión del negocio original, con lo que tanto la panadería como la molienda de granos deberán tener sus propios nuevos clientes, y pasar a formar parte del holding de empresas, aunque yo prefiero llamarlas: familia de empresas.  

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