domingo, 21 de febrero de 2016

La legislación.

Es inconcebible escuchar a renombrados "empresarios" o cuando menos personas contratadas por renombradas agencias e incluso embajadas para dictar conferencias acerca de emprendimientos y nuevos negocios que, a pesar de algún supuesto conocimiento teórico de mercadeo, no mencionan un ápice acerca de la legislación que regula el inicio y funcionamiento de empresas comerciales, con lo que dejan de advertir al emprendedor acerca de que todo el bagaje adquirido en mercadotecnia y administración de empresas, se topará de pronto con un monstruo gubernamental burocrático que impedirá la construcción de empresa alguna, más allá de por los costos que implica, por la cantidad de requisitos y trámites absurdos, mismos que lejos de favorecer tales emprendimientos, parecen estar destinados a impedirlos, ya que desincentivan y obligan a incursionar en la economía informal. De hecho, tales requisitos resultan incluso sospechosos de querer proteger a empresarios existentes de nuevas y mejores competencias.

De tal suerte, y si bien es cierto es importante conocer el funcionamiento y dinámica del mercado seleccionado así como lo relacionado a la psicología de su consumidor y la administración financiera de la potencial empresa, obviar o dejar para nunca lo relacionado con el andamiaje legal necesario a cumplir para desarrollar algún negocio es irresponsabilidad cuando no evidencia de carencia absoluta de experiencia y conocimiento en el ámbito de los negocios.

De hecho, en Guatemala, ciudad, por ejemplo, los trámites y requerimientos para abrir un negocio de servicio de comida servida: comedor, cafetería, restaurante o similar, aún y que sea de 28 metros cuadrados, van desde el cumplimiento de estrictas normas dictadas por un Plan de Ordenamiento Territorial antojadizo, tanto como de normas de seguridad e higiene dictadas por el ministerio de salud pública, comprensibles a todas luces, pero también de normas relacionadas con el medio ambiente y demás, reguladas por cuando menos dos o tres instituciones estatales.

De tal suerte, quien desea abrir un pequeño café, por ejemplo, debe disponer, a exigencias de las instituciones de gobierno, principalmente municipal, capacidad de estacionamiento para los autos de los clientes, ubicación autorizada preestablecida, normas de manejo de desechos, preservación de tierras para recolección de aguas pluviales y demás, con lo que la inversión inicial necesaria rebasa con creces la expectativa de negocio de muchos emprendimientos, principalmente aquellos que sirven al propósito de incentivar desarrollo económico en la sociedad y la gestión de libre empresa.

Así las cosas, previo a incursionar en negocio alguno, debemos averiguar todo lo concerniente a dicho ámbito legal, y además, tomar en cuenta que el menú de algún nuevo negocio de comida nunca debe ser lapidario. Cuando menos, no en el inicio. 


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