martes, 28 de agosto de 2018

El Servicio de Taxi: I parte

Como todo servicio, entre otras también tiene la característica de ser perecedero, pero más importante resulta destacar que solo puede existir en tanto se está produciendo.

Sí. Un servicio no puede guardarse, y además, para disfrutarlo, es preciso que productor y consumidor actúen de al mismo tiempo. Uno, produciendo, y el otro, satisfaciéndose. De igual manera, las herramientas. En este caso, el auto.

Así las cosas, solo cuando los tres participan al unísono, de mutuo y previo acuerdo en las características, incluyendo precio, el servicio de taxi existe. Uno solo que falte, y no hay servicio de taxi.

En pocas palabras, el servicio de taxi existe solo cuando algún pasajero que paga va sentado en la parte trasera. En tanto no haya pasajero, no hay servicio, y por ende, tampoco venta ni negocio.

En su forma más esencial, el servicio de taxi se limita al traslado del cliente, desde algún punto A, hasta otro punto B. Es un servicio de transporte, simple y sencillamente.

Sin embargo, la persona que lo presta, es decir, el taxista, debe reunir algunas características que lo hagan mejor que sus colegas. Entre ellas, vestir y oler limpio y con presentación acorde, más allá de con él mismo y su entorno, con sus clientes potenciales. No debe vestir como a el le gusta o le da la gana, sino como a sus clientes les gusta o prefieren. Y de igual manera, su forma de hablar y expresarse.  De igual manera, un taxista debe conocer la ciudad, y cuando menos tener un mapa en papel, cuando no sistemas digitales de ubicación, que lo ayuden a llevar a su pasajero. Quien presta un servicio debe estar consciente de que servir es agradar a otro. Máxime si ese otro es quien paga y hace posible la manutención de quien presta el servicio.

Recordemos que uno de los más comunes engaños del taxista a su cliente es llevarlo por la vuelta más larga para cobrarle más, pero es preciso recordar más aún, que al cliente se le puede engañar solo una vez. No porque al rato regrese y entonces ya no se deje engañar, sino porque simplemente ya no regresará. Y además, se lo contará a sus amistades. Con lo que el taxista pierde credibilidad. Y por ende, clientes, y claro, carreras y dinero.

Adicional, el auto también debe estar limpio y en buen estado, el tanque con suficiente combustible y algún periódico o revista, una botella sellada con agua, nueva, entre otras, y la advertencia de su precio. Claro, es esencial también que el taxista sepa conducir bien. De hecho, otra manera de diferenciarse de sus colegas es indicar los años que se lleva en el oficio. Una buena carta de presentación. Por el contrario, podría intentar también especializarse en velocidad. Aunque sin duda, algunos no optaríamos por ese servicio. Además, con los embotellamientos de tránsito hoy día, ofrecer rapidez es algo que no queda del todo en manos de un conductor.

Así también, debe tenerse en mente que existe una relación directa entre precio y cantidad de clientes. A más alto el precio, menos clientes; a más bajo, más clientes. Pero además, a más alto precio, más valores agregados. Y a más bajo precio, menos valores agregados.

Sin embargo, el negocio de taxi popular (blancos) en la ciudad es poco probable diferenciarlo en cuanto a precio, dado que el mercado al que atiende precia mucho más la necesidad de transporte, a secas, que por ejemplo, la comodidad. Compra lo esencial: transporte; dejando de lado las más de las veces, comodidad, radio, televisor en el auto, el diario y demás. Salvo quizá por la botella de agua o alguna gaseosa que puede llevarse en hielera adelante. 

Entonces, resulta común que si el traslado de A a B puede hacerse por Q 15.00 cada uno, aunque sean 8 personas acurrucadas y apretadas dentro del auto, en lugar de 4 cómodamente sentadas, por Q 30.00 cada uno, la mayoría preferirá no gastar esos Q 15.00 más, y transportarse sin comodidad alguna. Pagar estrictamente por el transporte. Sin ningún valor agregado.

Por cierto, los Q 15.00 de diferencia no deben verse como simples tales, sino como en realidad son: el doble. El 100% más. Tal un pasaje de avión de A a B, en 1,000 dólares, a otro por 2,000 dólares, entre los mismos puntos. Guardan la misma relación que entre 15 y 30.

Entonces, dada la característica de ser un mercado popular, o de precio, como se le llama, la opción para incrementar los ingresos sin ofrecer valores agregados que permitirían cobrar más alto es vender más carreras en el día. Y para eso se requiere más clientes.

Pero, ¿y la competencia? ¿Cómo vender más, cuando al lado de mi taxi van otros tres compañeros taxistas? ¿Cómo ser yo a quien los clientes prefieran? He ahí la importancia de la presentación y limpieza, tanto personal como del auto, para entrar por la vista al cliente.

Sin embargo, es necesario observar que el servicio de taxi también debe ofrecerse. Y ese ofrecimiento, por lógica, solo puede hacerse antes de la compra. Por lo que hacer el esfuerzo de invertir resulta necesario. Puede ser con volantes que indiquen número de teléfono y taxi, así como nombre del conductor, pero también algún beneficio adicional que pueda ofrecerse al cliente. Por ejemplo, un volante que indique: "Servicio Especial a zonas 9, 10, 13 y 14, incluso la Terminal". Puede ser un mensaje que llame la atención e invite al cliente a acercarse. "15 años recorriendo desde Mixco a La Terminal, y aledaños" demuestra experiencia. 

El mensaje debe ser acorde a lo que puedo ofrecer, pero en sumo importante, que también sea de interés para el cliente. 

Además, conviene hacer clientes que estén ubicados dentro de cierta área geográfica, por ejemplo, zonas 11 y 7 y municipio de Mixco; o por el contrario, zonas 9, 10, 13 y 14. Aunque esto no quiere decir que rechazaremos clientes de otras zonas, pero sí que nos enfocaremos las más de las veces en atender clientes de algún sector específico.

Me permito resaltar eso de: Hacer clientes. Sí, los clientes no nacen solos. Uno, como empresario, en este caso, taxista, los crea o no. O peor aún, los destruye. De tal suerte, es importante, más allá de prestar un excelente servicio de taxi, crear constantemente clientes.

Además, como taxistas, debemos proporcionar comodidad y bienestar a nuestro cliente. Debemos pensar con qué actitudes, palabras y conducta nuestra él se sentirá mejor y más a gusto dentro de nuestro auto. Intentar y esforzarnos porque su experiencia con nosotros sea muy buena.

Bien, por ahora, acá lo dejamos, no sin antes mencionar también algo acerca de la inseguridad, especialmente los asaltos a que algunos clientes de taxi han sido víctimas, y mi recomendación porque colaboren con las autoridades a ubicar y someter a dichos delincuentes, pues ellos son principales culpables del desprestigio contra el gremio, y por ende, de que sus operaciones y negocio sean perjudicados.

La otra semana continuamos. Mientras tanto, es importante recordar que la amabilidad y educación para con nuestros clientes son valores agregados importantísimos en la prestación de todo servicio.  

Buena tarde.   


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