Dada la importancia de la distribución física, elucubro respecto al desarrollo de la idea del six pack como envase múltiple, en el momento de su ingreso en el mercado, allá por la década de 1960, en USA, cuando las ventas de bebidas aún se concebían sólo de una en una.
Si bien es cierto
debe haberse tomado en cuenta desde un principio la tasa promedio de consumo de
cerveza para decidir que fueran 6 unidades de lata de producto las que se
ofrecerían al consumidor y no 4, 5, 7 u 8, también tiene fuerte incidencia el
tema de la distribución física.
De ser el caso
que la tasa promedio de consumo se estimará en aquel tiempo, cuando se creó el
six pack, en 4 latas por persona, quizá se hubiera pensado en lanzar un four
pack o un five pack; sin embargo, con el four pack las ventas se hubieran
mantenido constantes, con lo que al ofrecer el six pack, se logró vender dos
unidades más por ocasión de compra, aunque no se consumieran. Ello quedaba
totalmente a criterio del bebedor. Pero de haberse creado un five pack, el
enorme desperdicio de espacio volumétrico que dicha presentación ofrecería se
hubiera traducido en ineficiencia en la distribución, pues en cada five pack se
estaría almacenando, transportando y distribuyendo, ocupando espacio, una gran
cantidad de aire. De espacio vació. Espacio vació que debería ocuparse con
producto.
Entonces, el
desarrollo de envases y empaques también está estrechamente relacionado con la
actividad de la distribución física. O la distribución física, para ser
eficiente, requiere envases y empaques óptimos. Tanto así que los grandes
contenedores para transporte masivo alrededor del mundo se han estandarizado a
2 tamaños: 20 y 40 pies, con lo que todos los participantes en cadenas de
distribución mundial, desde camiones, caminos, puentes, túneles, arcos,
puertos, barcos, grúas, pilotos de cabezales y demás están completamente
familiarizados con este estándar internacional. ¿El propósito? La eficiencia en
la distribución.
¿Veremos algún
día desaparecer la lata cilíndrica y el surgimiento de una lata rectangular,
tal como el envase tetrabrik de cartón, en pos de la eficiencia en la
distribución? ¿Compensará el supuesto ahorro modificar la infraestructura
existente para hacerlas cilíndricas? ¿Cuánto se podrá ahorrar al hacerlas
rectangulares? Y finalmente, ¿por qué el tetrabrik ya no es cilíndrico sino,
efectivamente, rectangular?
Fragmento de mi próximo libro sobre mercadeo.
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